El divorcio, sus consecuencias y la manera de actuar


MIGUEL CAIRETA SERRA
NICOLÁS DEL CASTILLO ROSIÑOL

Tiempo estimado de lectura: 8 minutos

Un divorcio implica mucho más que una sola separación / PHEELINGS MEDIA

Cada divorcio es un mundo, como las relaciones que tiene cada uno con su pareja. Aunque el proceso sea prácticamente similar, en cada casa puede afectar de una manera distinta, tanto a los padres como a los hijos. En los efectos prácticos de hoy repasaremos cuál es la mejor manera de actuar cuando te divorcias.

Cada año en España se registran miles de divorcios que afectan a una gran cantidad de parejas en todo el país. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2020 se produjeron 89.337 divorcios, lo que representa un aumento del 2,2% con respecto al año anterior.

El divorcio es una realidad muy presente en la vida de las personas, y puede tener consecuencias emocionales y económicas significativas. Por ello, es importante saber cómo actuar en cada caso.

Es esencial recordar que el divorcio no tiene por qué ser una experiencia traumática, a veces puede ser el mejor remedio para la familia. Con el apoyo adecuado, las parejas pueden separarse de manera amistosa y seguir adelante con sus vidas. Marta Balaña, Rosa Truco, Carmen Sánchez, Álvaro Seculi y Santiago Carreras son un grupo de personas que han vivido el proceso del divorcio. Uno desde el punto de vista de los protagonistas, es decir, los padres. Otros, siendo tan solo unos niños. Y María de Araoz, que lo vive en su día a día como mediadora.

Aunque la toma de decisión en los divorcios sea por parte de los padres, estos tienen que tener en cuenta el futuro y sus consecuencias para sus hijos. Rosa Truco, madre divorciada, nos cuenta cómo inició su proceso de divorcio.

“Los hijos intuyen que la relación entre sus padres no es fluida. Se les explica con delicadeza que la decisión beneficiará a la familia.”

Rosa Truco, madre divorciada desde hace 13 años

Para muchos hijos, el divorcio de sus padres puede significar una experiencia traumática,
aunque a largo plazo sea la decisión correcta para todos los miembros de la familia. La
confusión de ver a tus padres separados siempre va a rondar por la cabeza de los hijos, por
este motivo, el divorcio amistoso es el mejor remedio.

Carmen Sánchez se divorció de su marido hace ocho años. Su relación con su ex pareja es
más que cordial, ya que para ellos es primordial ver a su hija feliz cuando se reencuentran
todos.

“Tener una buena relación con tu ex es primordial, al fin y al cabo siempre vas a ser el padre o la madre de tu hija o hijo”

Carmen Sánchez, madre divorciada desde hace 8 años

Si los hijos sienten que sus padres pueden estar juntos ocasionalmente o que están cómodos el día de navidad, es un factor muy importante para la vida de sus hijos. A largo plazo entenderán que puedes tener una buena relación con alguien pero no compartir una vida a su lado. Sentir la unidad entre ellos fortalecerá el sentimiento de un hijo hacia sus padres.

Mantener esa unidad no es fácil. Marta Balaña nos cuenta lo complicado que es poder hablar bien de tu ex pareja después de haber dejado la relación.

“Acabar mal en una relación afecta a los niños porque todos necesitan un referente, tanto de padre como de madre. Es inevitable que no puedas hablar bien de esa persona”

Marta Balaña, madre divorciada desde hace 6 años

Que papá hable mal de mamá, y a la inversa, es uno de los problemas más frecuentes en los divorcios. En este caso se crea una división familiar tan grande llegando al punto que los hijos tengan que  posicionarse con unos o con otros.

“Aunque uno quiera poner de su parte para tener una relación cordial, si el otro no lo hace, los problemas siguen. En mi caso, intenté no discutir delante de la niña.”

Marta Balaña, madre divorciada desde hace 6 años

Las discusiones de pareja delante de los hijos es el peor remedio a tomar. Los niños acaban normalizando las discusiones y se rompe el vínculo familiar. Por este motivo, los psicólogos siempre aconsejan intentar no discutir en casa.

Cuando se finaliza un proceso de divorico toca adaptarse a esta nueva vida. La mayoría de los hijos pasan de tener una casa a tener dos, y eso les puede afectar emocionalmente, sobre todo cuando hay una persona nueva en la familia, la figura de un padrastro o madrastra. Santiago Carreras vivió el divorcio de sus padres con tan solo 13 años. La relación con su padrastro nunca ha sido buena, y eso es algo que ocurre en muchos casos después de un divorcio.

A día de hoy sigo manteniendo la misma relación con mi padrastro, después de 10 años. Una relación fría y sin sentimientos. No me gustó cómo llegó a casa”.

Santiago Carreras, hijo de padres divorciados. Actualmente vive solo con su padre

La actitud que debe adoptar una persona que está entrando a una nueva familia debe ser muy cautelosa. Tiene que ser consciente que él no es el padre o la madre de esos niños, y debe mantener unos límites con los hijos de su nueva compañera de vida.

El posicionamiento de mi madre en ese escenario me decepcionó. Hará ya 10 años que ni yo ni ninguno de mis hermanos vivimos con ella”.

Santiago Carreras, hijo de padres divorciados.

Aunque en la mayoría de casos esas terceras personas afectan negativamente a la familia, también puede pasar a la inversa. Hay procesos de divorcio que acaban bien, de igual forma que hay padrastros o madrastras que saben ejercer de forma correcta su papel y ganarse la confianza de toda la familia. Ser una nueva incorporación en el núcleo familiar no tiene por qué ser algo negativo. Álvaro Seculi, de Barcelona y 21 años, vivió una experiencia muy distinta a la de Santiago Carreras.

“La figuera de mi padrastro acabó fortaleciendo nuestra relación en casa. El comienzo fue algo extraño, ya que todo era nuevo para nosotros, pero nos inculcó muchos valores que ahora sigo manteniendo”.

Álvaro Seculi, hijo de padres divorciados. Vive dos semanas con su padre y las otras dos con su madre

Los comienzos siempre son difíciles, y más en un ambiente de crispación cuando entras en una nueva familia después de un divorico. Lo que más les importaba era ver a su madre contenta, y poco a poco el ambiente en casa cambió.

“Cuando mi padrastro entendió su posición dentro de mi familia creamos un vínculo muy especial. Los dos pusimos de nuestra parte para ver a mi madre contenta”

Álvaro Seculi

Hay que involucrarse con tu nueva familia pero manteniendo ciertos límites. Por otro lado, la disposición del padrastro con amigos de los hijos, amigos de la familia, también es esencial. Ser una persona de apoyo e ir entrando poco a poco en las costumbres y formas de ser en la familia.

En estos procesos siempre se recomienda el diálogo. Y para conseguirlo hay una figura que está muy presente: los mediadores. La diferencia entre el abogado y el mediador es grande. El abogado defiende al cliente y sus intereses, mientras que el mediador es una persona neutral e imparcial. María de Araoz se dedica a mediar en todo tipo de procesos de divorcios desde hace más de cinco años.

“La mediación llega cuando dos personas, de forma voluntaria, deciden buscar ayuda. La mediación arranca con una sesión informativa en la que se les explica qué es y para qué sirve”

María de Araoz, mediadora

Es importante que la pareja que decide acabar con la relación, se atreva a dar el paso y contactar con un profesional. El mediador suele intervenir en los casos en los que puede haber conflicto y un difícil entendimiento. Por lo que dar el paso y buscar ayuda profesional, en ocasiones es lo más difícil.

“A día de hoy los más perjudicados en el proceso de divorcio son los niños. Pero depende de la actuación de los padres. Hay que acudir a mediación si se necesita. También solemos recomendar ayuda psicológica si se necesita”,

Maria de Araoz, mediadora

Todos los profesionales están de acuerdo en que los más perjudicados en los procesos de divorcio son los niños. Es por este motivo que los psicólogos y mediadores son tan importantes. La ayuda profesional no tiene que ser vista como algo negativo, sino como un apoyo en el que las familias pueden mantener el bienestar, aunque haya una separación.

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